No sé vosotras pero yo que desde muy temprana edad siempre supe que quería ser madre, también pensaba y planeaba la madre que quería ser para mis hijos, (hablo en plural porque espero que alguno más llegue).
La cuestión es que ahora que he crecido y soy madre y supuestamente una mujer “adulta y responsable", me pregunto si realmente me he convertido en esa madre que hace tiempo pensé que sería, si he cumplido con mis propias expectativas, si esa idea romántica de la maternidad me ha hecho convertirme en esa madre tranquila, paciente, sin gritos, tolerante, observadora y llena de besos, abrazos, buenas palabras, que sabe escuchar, que se sienta, que lee cuentos, que duerme siestas, que hace ricos postres, saludables comidas, que monta excursiones, actividades al aire libre, que lo lleva al zoo, al campo, a la granja, a la montaña, que monta tiendas de campaña, que observa estrellas, que explica mil veces paciente, que entiende, que no se enfada, que no se pone de mal humor, que se ríe sin parar, que va por moras en verano, que lo lleva en bici, que salta en charcos, que pasea bajo la lluvia sin gritar, "que te vas a mojar los pies"!!!!!.
Vaya algo así como una Mary Poppins, pero con una maleta del siglo xxi, de la que salen juegos interactivos, tablets, ordenadores, smartphones, ipads, cuentos que se cuentan solos, muñecos que cuentan cuentos, luces que acompañan los miedos y sustituyen los abrazos a media noche, una mama de la era moderna.
Una "SUPER MAMA"
Pues está claro que algo he perdido por el camino durante todos los años que han ido pasando hasta convertirme en madre.
Sin querer me he convertido en esa falsa imitación de Mary Poppins moderna que ha decir verdad no me gusta nada, yo que soñaba de niña en hacer mil manualidades con mi hijo, con dar largos paseos, conversaciones en tardes de lluvia, chocolates calientes etc........
Y resulta que esta era tecnológica que intento retrasar invade mi casa y me quita "esa madre que soñaba ser", porque o te vas al medio del campo donde no haya opción a la cobertura digital o lo tienes claro, y más con un informático como padre.
Así que he aceptado que esa es una batalla perdida.
Por otro lado esta cuando soñabas y jugabas con tus muñecas cuando eras niña, a ser mama.
Y hay que ver lo buenas madres que éramos todas!!!!!!!!!
Siempre limpios, nuestros bebes no lloraban, se lo comían todo, eran perfectos y nosotras mamas perfectas que paseábamos nuestros carritos con la muñeca de turno hay montada, luciéndonos, como....
"Madres relajadas", que controlaban cualquier situación, y hoy, 30 años después de ríes tú de esa niña, de su paciencia y de su bebe limpio y obediente.
Soy todo lo que deseaba ser como madre, pero también todo lo que no deseaba ser, y no es malo, simplemente que la maternidad es un estado de locura incontrolable que se aprende bajo presión y con el tiempo, y sí, hay gritos, se pierda la paciencia, se sustituyen las tan famosas "comidas saludables" por una pizza a última hora, los paseos por el campo, se conviertan en tardes de sofá, que tampoco están tan mal, las excursiones se planifican y siempre acaban saliendo mal, así que mejor no planificar nada, hay desorden, caos, ruido, y muchos "¿y por qué?", y "¿para qué es eso?" y "¿eso que es?" y a la quinta vez pues resulta que ya no contestas tan paciente y más si has tenido uno de esos días de perros, hay saltos en las camas, en los sofás, un pipí que se escapa en la alfombra en plena "operación pañal", otro pipí, y otro y llega un momento que no sabes si tiene complejo de perrete o es que es un hippy total sin zapatos, siempre desnudo y meando en cualquier esquina, hay "pilladas" comprometidas, hay miedos, sustos, cansancio, y falta de sueño mucha falta de sueño.
Pero al terminar el día, cuando todo se vuelve oscuro y la noche cae, me veo sonriendo al lado de mi hijo mientras nos dedicamos esos largos momentos antes de que se vaya a la cama y me digo
"Soy la mejor mama del mundo"
Aunque, aún me queden dos horas más para poder poner la casa y mi vida en orden para volver a desordenarla a las 8 de la mañana del día siguiente en cinco minutos
Así que viene siento un poco como el último anuncio de IKEA, no sé si lo habéis visto, todo es un auténtico desastre, nunca se encuentra nada donde se supone que tiene que estar, hay veces que no seremos el mejor modelo a seguir, pero hay y siempre habrá
AMOR, MUCHO AMOR.
Por eso he de decir que aunque se me olvidan las cosas, y nunca lleguen tiritas ni agua en el bolso, soy la madre que pensaba y que quería ser.
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