Ahora soy mejor persona, no es que antes fuera peor, diferente diría yo, si hay algo que mi hijo a conseguido es hacerme más fuerte, una persona con carácter que defiende lo que cree injusto y que lucha por sus sueños.
Diría que hace dos años era una persona conformista, sí!!! con los mismos sueños que ahora pero sin el arranque que me empuja en esta nueva etapa de mi vida, estaba estancada, parada, de cierta forma diría que hasta tenía miedo.
Siete años en el mismo trabajo, sin una queja, sin llevar la contraria a nadie y conformándome con los días que iban llevando uno tras otro.
Un hijo hace temblar tanto tu vida, la sacude, la trasforma, todo ese orden esa monotonía de lo cotidiano que te rodea, ese "día de la marmota" en el que vives desaparece.
Y por el contrario aparece el caos, la locura, los pies descalzos, las huellas de pequeños deditos en los lugares menos insospechados, aparecen los"fin de semanas activos" porque olvídate de quedarte en la cama hasta las 11 de la mañana como buen dominguero, a cambio tendrás el placer de levantarte con el mejor sonido del mundo la voz de tu hijo gritando tu nombre a pleno pulmón, llegaran las temidas noches en vela, las peleas para comer, los miedos de no estar haciéndolo bien, la intranquilidad contratada desde el momento en que decides ser padre o madre y que te acompañara el resto de tu vita, llegará el cansancio, los gritos, los enfados, los reproches a las parejas, porque sí, eso también cambia ya no volveréis a ser dos ahora sois tres y una de ellas depende de vosotros durante las 24 horas del día.
Es difícil, es agotador y nadie dijo que fuera a ser fácil pero tiene tantas cosas buenas.
Esos besos que por alguna estañar razón siempre están húmedos en los niños y que se quedan horas en la piel, cuando desamparado se acerca a ti pidiendo que le beses las pupas (porque los besos de mama y papa lo curan todo), cuando recibes una caricia de esas manos pequeñas, pringosas y calientes que saben a gloria, cuando enredas tus dedos entre su pelo intentando peinar difíciles remolinos durante horas, su primer mama, su primer papa, su primer paso y su primera caída, la primera vez que conscientemente te mira a los ojos directamente como diciendo si mama estoy aquí y de lo agradezco, ese primer te quiero que suena como la más hermosa canción de amor , esos despertares donde se cuela entre tus sabanas, donde aparecen los juegos de pies y las mañanas tontas de risas entre edredones y almohadas, el primer abrazo que te hace llorar de emoción y temblar de miedo al mismo tiempo, los primeros logros, las primeras palabras que se quedan grabadas en tu memoria como si fueran fechas especiales.
Es parte de mi, de mis entrañas, de mi cuerpo, de mi alma y de mi ser, la parte más dolorosa la más honda la que más me hará sufrir, la que más lagrimas me hará derramar pero al mismo tiempo se que será la parte de mi que más felicidad me dará, la que más satisfacciones me hará sentir.
Hugo ha sido el huracán que ha puesto mi vida patas arriba, llenado mi casa de zapatos tirados por los rincones, de trozos de comida esparcidos por extraños sitios, mi cama raramente volverá a estar un día entera hecha, y los cajones que guardan esos grandes misterios para él nunca volverán a estar en orden, por lo demás mi vida sigue exactamente igual que hace dos años.
Mi hijo me ha dado valor, valor para enfrentarme a la vida, para luchar por mis sueños y para hacer de él una persona con un buen lado humano.
Mi hijo me ha enseñado que la vida es maravillosa!!!!!!!
Que cualquier lugar es bueno para encontrar la felicidad si nos dejamos de complicar la vida y nos conformamos con lo que de verdad importa "la familia".
Gracias hijo, no me llegará el tiempo para agradecerte todo lo que me has dado.
Te quiero.
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