Como mujer y como madre, tengo derecho a días malos, a días sin ganas de risa y a "abrazos quita-penas", y sí, también tengo derecho a llorar

La vida es una historia que cuenta cuentos de vidas ajenas, que cuenta sonrisas y nacimientos.
Si me pongo a pensar, he de decir que los lunes son días raros, será la resaca del tiempo en familia, de comidas con más calma, de tiempo de juegos.
La cuestión es que siempre que llega el lunes una extraña melancolía se apodera de mí, y me cuesta recuperarme, se me da por reflexionar y hacer balance y así todos los lunes, si agotador!!!!.
No sé si conocéis esa sensación que muchas veces nos embarga, es como un mudo en la garganta que se queda ahí y no te deja pensar en nada y en todo.
Es un cansancio mental, un estado catatónico de explosión de ideas y de ¿porqués?, y de no puedo más, ¿y de vale la pena?.
Como digo es una falta de aire, unas ganas de llorar sin saber porque, unas ganas de que te abracen fuerte, pero fuerte de verdad, de esos abrazos "completos", esos que suben por los pies y te agarran la cintura y te besan la espalda y de acaricia los parpados, esos abrazos casi "sagrados" que paran la vida, son abrazos con cada centímetro de el cuerpo, largos, sin prisas, sin nada que hacer.
Abrazos que duelen de lo hermosos que son.
Pero que agradable ese dolor!!!!!!!!!
Y es que hay días en los que te levantas y de dices

"como pesa la vida"



Cuanto te quedas embarazada, te cansas de escuchar a la gente que te dice, "lo mucho que te cambia la vida un hijo", te cansas de escuchar lo mucho que cambia la maternidad a una mujer.

Y sí, es verdad, la maternidad trasforma a la madres de los pies a la cabeza, también al padre, pero creo que la trasformación es más grande en la mamá, empezando evidentemente por la trasformación de su cuerpo durante esos 9 meses, pero también cambia su "yo".

Y es que ese "YO", se sensibiliza, se queda como huérfano, como cojo, te sientes desprotegida, te sientes muchas veces falta de "abrazos enteros".

Las prisas, los mil recados, cenas, baños, y una lista que parece que nunca acaba.

Intentamos correr para sacar tiempo, para estar cinco minutos sin interrupción con los nuestros, pero siempre parece imposible sacar tiempo, y eso nos cansa, nos desespera y desanima, creyéndonos "malas madres", malas "mujeres" y "malas amigas", y mientras nos creemos "malas de todo" pensamos en esos abrazos que tanto echamos de menos, de esos "abrazos quita-penas".

Recuerdo que mi padre daba unos gran abrazos "Quita -penas", y es que, que puede pasar en los brazos de un padre o una madre que te abraza fuerte, con todo el cuerpo, ahí no puede pasar nada, ahí solo puedes ver pasar el tiempo con los ojos cerrados y contar los segundos de ese abrazo largo deseando que no acabe jamás.

Y es que hay días flojos, donde crees que la vida es difícil, que respirar cuesta, en los que te gustaría ser avestruz y meter la cabeza bajo tierra hasta sentirte mejor, y es que hay días flojos, ¿y qué?, pues nada, tenemos derecho a ellos, a sentirnos tristes, con ganas de llorar, con ganas de flotar, con ganas de que nos abracen, con ganas de todo y con ganas de nada, tenemos derecho a exigir de vez en cuando, a sentirnos dueñas de nuestro momento, a pedir, a sentir y a soñar aunque sea solo por un ratito corto.
Porque hoy es un lunes de esos, un lunes raro, sombrío aunque el sol luzca, en un día frio, de lluvia, de café envuelta en manta y libro releído, es sencillamente lunes!!

ahora cuando me siento mal soy yo la que doy "abrazos completos a mi hijo", y las penas son menos, y la sonrisa vuelve a mi cara porque solo un hijo puede hacer brillar el día más amargo, solo él es capaz de decir "mamá te quiero" y hacerme llorar pero de emoción.

Así que que para las que estáis de "lunes flojos", os doy el mejor remedio "abrazos quita-penas" de vuestros peques.

Yo me voy al mar, a cantarle a mi mediterráneo pero con la mirada puesta en la atlántico tal vez me traiga nuevos abrazos.

Mañana será martes....................







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