La caja de los tesoros

Ayer hablaba de la escuela de mi hijo, es evidente que lo mío con Merlín fue amor a primera vista y más ahora que mi hijo es un niño feliz, y con ganas de estar allí.
No me gusta el concepto "guardería", es como si por unas horas fuéramos  allí a guardar a nuestros hijos como si fueran muebles o  trastos que aparcar durante unas horas.
Elegir escuela se puede convertir en un tormento, sobre todo si sois como yo que analizo con lupa cada acontecimiento herida o lunar de mi hijo antes de salir de casa.

Recuerdo que para comprar los regalos de navidad  de este año me di un paseo por varias jugueterías bastante conocidas, ( que no voy a nombrar para no dar publicidad)  fue una tortura!!!!!!, estaban las que me decían que esté sería un buen juguete educativo, las que me aseguraban que mi hijo inquieto, impulsivo y lleno de vida se quedaría quieto y entretenido durante horas con este otro juguete extraño, caro, de plástico y difícil de montar para cualquier padre. Tonta de mí y cansada después de hora y media en la tienda caí, lo compre, y si mi hijo estuvo entretenido exactamente lo que tardó en abrirlo y sacar todo lo que había en la caja. Lo he probado todo, juguetes de madera, de montar, de insertar, de plástico, sin luces con luces con botones coloridos que parpadean dejándote ciega y todo le dura exactamente lo mismo, cinco minutos de interés.

Un día  de esos de limpieza general, recogiendo los cajones encontró la bandera  de España que con tanto orgullo colgué en el balcón cuando ganamos el mundial, y ahí estuvo, media hora bailando y haciendo olas con el trozo de tela, hoy seguimos utilizándola en nuestros juegos como "alfombra voladora" por el pasillo de casa y en nuestras tardes de baile.
Hubo otro  un día en que llego un pedido de una famosa cadena gallega de ropa en una bonita caja.
 Una zapas nuevas para Hugo!!!!, le dije yo toda emocionada, emoción que pronto le contagié a él, no sé muy bien que esperaba encontrarse en la caja pero la abrió, saco las zapatillas sin mucho interés por ellas, se quedó con la caja en las manos, la estudio y soltó un "aaaaaaaala mama", ahora la caja está en su habitación, pintada con tiza, rotuladores y pintura de dedos a veces es un lienzo donde pintar y otras un coche de carreras, un avión o un cofre de los tesoros.
Así que el año que viene por navidad envolveré un trozo de tela pegado a un palo y un pedazo de cartón y me dejaré de juguetearías.



A lo que iba, si sois de los que os preocupáis por todo seguramente os costará elegir escuela , el año pasado Hugo iba a otro centro, estuve como tres meses dándole vueltas a la cabeza,  un día tenia clara la decisión y al otro me preguntaba si sería imprudente cambiarlo de centro. La cuestión era que yo tenía clara mi preferencia y mi decisión, pero de alguna manera quería que el tomará parte en la elección así que el mismo día lleve a mi hijo a las dos escuelas para ver su reacción, no tuve dudas, fue él quien dijo donde quería estar, ¿que como lo supe? observándolo se sentía en casa, era feliz.
Creo que es importante escucharlos, que participen en la toma de decisiones, que sepan que su opinión tiene peso en la unidad familiar, sí, a veces no hay otra que mostrarse contundente, pero haciéndoles entender que les oímos y que su opinión cuenta.
A los que tenéis que elegir escuela paciencia y si sois como yo suerte!!!,  os esperan noches largas.........




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